martes, 2 de agosto de 2011

 Lo sé, sé que fui una imbécil, una inútil y una gilipollas por dejarte escapar. Pero te juro que no lo volveré a permitir, más no, porque te quiero tía. Porque sé que siempre he podido confiar en ti, siempre has estado a mi lado aunque yo no te lo hubiese pedido. Porque aunque hayamos discutido tantas veces y cada vez por una tontería mayor, por no decir que siempre era casi la misma, nos hemos perdonado y hemos llorado juntas, sí hemos llorado como unas tontas y cualquiera que nos hubiera visto pensaría que estamos locas, pero me da igual, la cuestión es que lo hacíamos las dos y juntas. Las dos sabemos que esta amistad va durar, y no me refiero a que vaya a durar unos años y después si te he visto no me acuerdo, no, me refiero a que va a durar siempre. Porque un día dijimos SIEMPRE, y siempre será. Cueste lo que cueste y duela lo que duela. Puede ser que no sea una amistad muy normal, que a las dos nos salga orgullo por las orejas y a la mínima explotemos y luego lloremos y nos perdonemos... Pero bueno, eso es lo que hacen las hermanas, ¿no? Discutir, perdonarse y, sobre todo, quererse. Porque ya no es que seas mi amiga, eres mi hermana, esa hermana que no vive conmigo, pero que nadie es capaz de separarme de ella. ¿De acuerdo? Nada ni nadie nos va a separar, te lo prometo. Te quiero, te quise y te querré hermana(L).por siempre nunca ,pero nunca lo olvides.

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